Bares de moteros ¿cómo son realmente?
Hay pocas sensaciones que puedan igualarse a la de coger nuestra moto y salir a hacer kilómetros mientras el viento nos da en la cara. La libertad que uno descubre sobre las dos ruedas es algo que no se puede explicar, debe experimentarse. Por eso son cada vez más los que se deciden a convertirse en moteros. Y no hablamos de los que se compran una pequeña moto para viajar por la ciudad o por el pueblo, sino los que se hacen con una motocicleta de gran cilindrada y salen a hacer rutas largas cada vez que tienen ocasión. Es cierto que una moto de este tipo no suele ser demasiado barata, pero puedes encontrar algunas joyas de segunda mano que, con unos cuantos ajustes, estarán perfectas para lanzarte a la carretera. Y cuando lo pruebes, ya no querrás dejar este mundillo.
Hay quien simplemente coge la moto algún que otro fin de semana al mes para hacer una pequeña ruta por las cercanías de casa, y quien está todo el día cuidándola, limpiándola y mejorándola para tenerla siempre a punto. Ser motero es, para muchos, un auténtico estilo de vida, más allá de ser dueños simplemente de un vehículo a dos ruedas. No se trata solo de disfrutar de esas escapadas, sino de empatizar con aquellos que comparten tu hobby. Y es que más allá de los prejuicios y estereotipos, los moteros son una comunidad muy numerosa que suelen tener aficiones en común. No solo la de montar su motocicleta y hacer largas rutas, sino también la de la gastronomía, la música o incluso el cine. Sentirte parte de esa comunidad es una de las formas más especiales de disfrutar de tu vida de motero. Conocer a estas personas que saben lo que sientes cuando vas en la moto y que entienden tu locura, que para otros es extraña, te hace sentirte más a gusto con este hobby. Y para conocer a otros como tú, nada mejor que visitar un bar de moteros.
Un lugar para chicos duros
Está claro que estos bares son especiales, y no aptos para todos los públicos. Aquí se dan cita los auténticos moteros, chicos rudos que suelen tener tatuajes, y que incluso pertenecen a algunas bandas. ¿Significa esto que son bares peligrosos? No tienen porqué serlo, desde luego, aunque es cierto que algunos de estos locales están demasiado apegados a una banda motera en particular, y pueden no ser tan recomendables. Si entras en ellos, que sea por tu propio pie y sabiendo las consecuencias. Hay un montón de bares y lugares donde tomarte una copa o probar una hamburguesa. Si quieres probar un auténtico bar motero, mejor pertenecer a ese grupo, tener una buena moto (algo imprescindible ya de entrada) y estar preparado para las conversaciones que pueden darse aquí dentro.
Interior de un bar de moteros
Tal vez nunca hayas estado en uno de estos locales, y por tanto, no sepas como son. Puede que tengas alguna idea por las películas o series donde aparecen. ¿Son realistas esas representaciones? Pues por lo general sí que lo son. Los bares moteros suelen ser lugares que emulan a los clásicos locales americanos. Mucha madera, paredes llenas de cuadros, banderas y reclamos relacionados con las motos, música rock a un nivel sorprendentemente alto… Algunos de estos locales tienen incluso un escenario donde se llevan a cabo conciertos habitualmente. La barra suele ser larga, de madera maciza, y contar con numerosas bebidas alcohólicas detrás. Es un local con un ambiente especial, pero no esperes ni mucho luz ni un especial esmero por tenerlo todo como los chorros del oro. Y es que como decíamos arriba, este tipo de bares no son para todos los públicos…
¿Puede acceder cualquier a un bar de moteros?
En principio, los bares de moteros están abiertos a cualquier persona que quiera entrar y tomarse algo en ellos. Es cierto que en algunos casos, estos bares cuentan, como muchos otros locales, con un portero que vigilará la entrada y permitirá el paso a unos y otros. Habrá ocasiones en las que te dejen fuera, valiéndose del derecho de admisión, por cualquier motivo que se les ocurra. Puedes quejarte, sí, aunque no te lo recomendamos, porque iniciar una pelea en uno de estos sitios no suele ser la mejor idea para una noche tranquila. Hay otros locales que pertenecen a asociaciones de moteros, y solo los socios y sus acompañantes pueden acceder a ellos. Sin embargo, no te costará encontrar bares de moteros abiertos a todos los públicos. Otra cosa es que te encante lo que vas a encontrar en su interior…
¿Se paga por sexo en estos bares?
Una de las leyendas urbanas más habituales que encierran estos bares de moteros es que son lugares donde el sexo y el vicio están a la orden del día. De hecho, muchos piensan que estos locales sirven en ocasiones como prostíbulos encubiertos. ¿Es esto real? Coimo toda leyenda urbana, sí que tiene una parte cierta. Y es que en muchos de estos bares hay prostitutas que, al ver a clientes solos, pueden acercarse a ellos ofreciéndoles sus servicios. Son locales donde paran muchos hombres solitarios, o en grupo, los clientes perfectos para una trabajadora sexual. Lo habitual, sin embargo, es que los servicios se lleven a cabo en otros lugares, aunque tampoco es extraño escuchar algo de movimiento en los baños… Desde luego, los moteros no tienen muchos remilgos con el tema sexual, así que tampoco se van a escandalizar si una escort decide hacerse a un cliente en el propio local.
Bares de moteros en España
España se ha llenado de bares de moteros en las últimas décadas, y aunque es cierto que muchos son exclusivos para las asociaciones que los llevan, en otros podemos entrar sin ningún problema. En la sierra de Madrid se encuentra el Bar Motero de Puerto de la Cruz Verde, un local que se llena cada fin de semana de motos, un sitio genuino que lleva cincuenta años sirviendo de lugar de reunión para los motoristas de la provincia. Igual que el Ace Café en Barcelona, un sitio imprescindible si estás con tu moto por la Ciudad Condal. Puede seguir la ruta hasta Cantabria parando en el Bodegón Jauja, o incluso llegar hasta La Coruña para visitar el Old School Bar, uno de los locales moteros más genuinos de la península. Y si prefieres el calor del sur, el Bar Motorrock en Sevilla es siempre una apuesta segura.