Prostitutas y moteros, una mezcla perfecta
Todavía hoy, en una era en la que la apertura de mente es por suerte ya la norma general, sigue habiendo personas que señalan a otras por su vestimenta o su estilo de vida. Da igual que no hagan daño a nadie, que simplemente quieran disfrutar a su manera de estos días que tienen por delante… Ser diferente todavía se puede llegar a pagar caro en algunos lugares. Sea por pertenecer a una minoría, por hacer algo que entra dentro de lo que la gente espera de ellos, o sencillamente, por pura envidia o maldad, este tipo de sucesos siguen siendo comunes hoy día. Y al final, lo que hacen es unir más a esos marginados, muchas veces compañeros improbables de aventuras, frente a aquellos que todavía se creen con el derecho de juzgar. Lo saben los moteros, señaladas e incluso temidos simplemente por su estilo de vida, y también las prostitutas, mujeres trabajadoras que muchas veces solo quieren sacar adelante a sus familias.
La relación entre estos dos grupos de personas siempre ha sido muy cercana. Cuando los primeros grupos de moteros surgieron en los años 40 en Estados Unidos también eran considerados como parias, algo que les relacionaba directamente con las prostitutas. La propia idea de homogeneizar a todos los miembros de un club motero o un grupo de motoristas de la misma manera es muy parecida a lo que se genera al hablar de prostitución. Ambas realidades, muy diferentes entre sí por supuesto, tienen siempre sus detalles especiales, sus claroscuros. La gente todavía sigue pensando que los moteros que pertenecen a algún club son gente violenta, racista, machista y peligrosa, cuando en realidad no es así. No es que no haya grupos de ese tipo, pero no son, ni mucho menos, la mayoría. Para las prostitutas sigue pasando igual. Todos las ven como personas inmorales, que no saben hacer otra cosa que entregarse al placer de esa manera, pero hay un millón de realidades detrás de cada una de estas trabajadoras. Tal vez sea ese sentimiento de estar fuera de la sociedad lo que hace que las relaciones entre prostitutas y moteros sean tan cercanas.
El alma libre de los moteros
Una de las características que suelen tener los moteros más auténticos es la necesidad incesante de búsqueda de libertad. Es algo que les nace de lo más profundo, y que caracteriza a esta cultura urbana, si se les puede denominar así. Hay muchos tipos de moteros, y a todos les une el amor por el vehículo, por las dos ruedas, por hacer largas travesías sin más compañía que su propia motocicleta. La vida del motero no es siempre sencilla y eso hace que encontrar pareja estable, que además comparta sus gustos, sea algo complicado. Hay todavía muchos clubs de moteros que, de hecho, se niegan a incluir a mujeres en sus filas. Esto hace que muchas veces, la vida del motero sea solitaria por naturaleza.
Chicas de compañía en las largas travesías en moto
Hacer largas rutas con la moto, en completa soledad, puede ser una de las grandes aficiones de los moteros. Dependiendo de su situación laboral y sus posibilidades, estos viajes pueden durar solo un fin de semana, o meses, si van holgados de dinero. Recorrer las carreteras de cualquier país con la moto es un sueño cumplido para muchos, pero un sueño que normalmente se lleva a cabo en soledad. Aunque hay muchos moteros con pareja que realizan estas rutas con esa compañía, la mayoría prefiere hacerlo solo o con algún otro compañero. Y en medio de esos largos viajes, las necesidades sexuales se hacen también imperiosas, así que no es extraño terminar en un burdel, buscando el calor y el cariño de una profesional.
No es extraño encontrar las entradas de los burdeles y prostíbulos llenas de motocicletas. O también a muchas chicas rondando por los grandes eventos moteros que tienen en lugar en muchas ciudades. Ellas son conscientes de que estos hombres pueden ser muy buenos clientes, y acuden allí donde saben que hay trabajo. La congregación de cientos, a veces incluso miles de varoniles moteros en un lugar puede ser la excusa perfecta para que estas chicas hagan su agosto a través de su trabajo y sus servicios más especiales. Ellos las requieren y ellas estarán encantadas de poder tener tantos servicios que realizar. Siempre en la intimidad, por supuesto, pero aliviando esa soledad que a veces se siente cuando se sale con la moto.
Los clientes favoritos de las prostitutas
Son rudos, tienen pinta de ser peligrosos, pero en el fondo, estos moteros suelen ser personas muy agradables, cariñosas y por supuesto, respetuosas. Las prostitutas han aprendido a no temer a los moteros, sino a otro tipo de clientes, que pueden parecer mucho más “elegantes” a ojos de la propia sociedad. Cada cual tiene su historia detrás, por supuesto, y como ya hemos podido comprobar, generalizar nunca sale bien, pero está claro que los moteros no son tan fieros como los pintan. Al menos cuando se trata de estar con una profesional del placer y disfrutar de un rato de buena compañía con ella. Las prostitutas aseguran que los moteros suelen ser sus clientes favoritos, por la manera tan especial que tienen también de disfrutar del sexo.
Escorts en bares de moteros
Hay muchas leyendas urbanas en torno a los locales donde se reúnen los moteros. Estos clubs suelen ser sitios con la música muy alta, el alcohol barato y broncas cada dos por tres. O esa es, al menos, la imagen que nos llevamos de ellos si vemos cualquier película o serie de televisión. Claro que en esas ficciones se centran precisamente en los aspectos más problemáticos de algunos de los grupos de moteros, pero no de todos. Si lo único que quieres es salir a hacer rutas con tu motocicleta, pasarlo bien con tus amigos y disfrutar de tu libertad, eso no da para buenos guiones. También hemos visto cómo estos bares están llenos de chicas que se ofrecen sexualmente a los clientes, sean o no moteros. ¿Es así en realidad?
Debemos afirmar que, efectivamente, en algunos de estos locales se pueden encontrar a trabajadoras sexuales. Aquí, de hecho, se sienten seguras, sabiendo que no van a ser atacadas como en la calle, y pueden encontrar más fácilmente a sus clientes. Sin embargo, no es algo habitual, y ni mucho menos se utilizan habitualmente los clubes como “tapaderas” para el negocio sexual. Si bien hay ciertos grupos dentro de los outlaw que han estado involucrados en temas de proxenetismo, la mayoría de moteros no ha tenido nada que ver con ese tipo de encuentros. Más allá de formar parte de ellos en alguna ocasión, de forma personal, claro está. Y es que la relación entre moteros y prostitutas es de profundo respeto, en la mayoría de casos, compartiendo seguridad y compañía en una vida que muchas veces queda fuera de la ley.